El Ministro de Economía portugués, Pedro Reis, afirmó que Portugal asumiría el papel de “refugio seguro” para las inversiones en esta época de tensiones y cambios geopolíticos.
Estas declaraciones las hizo a finales de noviembre durante un discurso en una conferencia organizada por el Financial Times en Lisboa. El ministro subrayó allí que “en un contexto global de profundos cambios geopolíticos y económicos, nuevos patrones en el comercio internacional y una mayor volatilidad, Portugal se está posicionando como un refugio seguro para la inversión”.
Pedro Reis también ha destacado la importancia que deben conceder los gobiernos a “crear el ecosistema adecuado para la innovación”. “No hay camino hacia un modelo de crecimiento sostenible sin un sector privado dinámico, capaz de aportar la inversión y la innovación necesarias”, ha reiterado el ministro.
En su discurso, cuyo tema principal es “¿Cómo pueden colaborar los sectores público y privado para acelerar el crecimiento económico?”, el Ministro de Economía también destacó la necesidad de invertir en el potencial de Portugal en materia de energía renovable, afirmando que el éxito en la integración de los principios de sostenibilidad en la estructura de los marcos económicos determinará “la trayectoria de crecimiento, pero también el tipo de sociedad” que permanecerá para las generaciones futuras.
En el siguiente panel de la conferencia, el presidente de AICEP, Ricardo Arroja, también destacó que uno de los objetivos de la agencia es “promover las credenciales de Portugal”, y dada la “alta penetración de renovables en la generación de energía” y los relativamente “bajos precios de la electricidad en Portugal”, hay un buen “punto de partida para las credenciales nacionales en el debate sobre la sostenibilidad”.
Portugal se ha convertido en un destino privilegiado para la inversión extranjera, en particular en el sector inmobiliario, muy en consonancia con la visión del ministro Pedro Reis de que el país sea un “puerto seguro” para la inversión. Ciudades como Lisboa, Oporto y el Algarve han atraído un interés significativo, impulsado por la estabilidad de Portugal, los incentivos fiscales y el programa Golden Visa. Esta afluencia de capital extranjero, sobre todo en proyectos inmobiliarios de lujo y de construcción comercial, respalda tanto la economía como el objetivo del Gobierno de fomentar un ecosistema dinámico e innovador.