Se tarda casi cuatro horas en coche desde Lisboa hasta Caldas de Aregos, en el municipio de Resende, con la última parte del trayecto entre tramos de carretera en los que apenas se ve a nadie (personas y coches). El destino es el muelle turístico-fluvial de Caldas de Aregos, donde está amarrada la casa flotante de Toni Blackburn y Stefan Friese, entre otras embarcaciones. Un verdadero refugio en tiempos de pandemia que da aún más "glamour" al entorno, donde la naturaleza y los espacios verdes conviven en plena armonía y sintonía con las inquietantes aguas del río Duero. Es una escena poco común de reconfortante belleza.
Por supuesto, no se trata de un barco cualquiera. Porque no es sólo un barco, sino una casa flotante. “Vivir aquí es como vivir en una comunidad cerrada”, confiesa Toni Blackburn, una ciudadana del mundo que nació en Estados Unidos y ha vivido en Japón y Alemania, entre otros países. Por ahora, junto con Stefan, está invirtiendo en Portugal -han comprado terrenos en el Duero además de la casa flotante - y en México, donde también pretenden construir una propiedad.
Tan pronto como pones un pie en la casa flotante, es imposible no preguntarte: ¿cómo sería si tuviera una? Todo está cuidadosamente pensado, desde la cocina, pasando por los dormitorios, hasta llegar al baño. El mobiliario 'pulcro' minimalista y elegante, da el toque final a esta casa, construida por la empresa portuguesa Gofriday. Todo esto en una casa flotante autosuficiente, donde los paneles solares “sirven para cargar las baterías que dan energía a toda la casa” explicó Rita Barata Castro, Gerente de Comunicación de Ecosteel, la empresa que este año compró Gofriday, entrando así en el mundo de las casas flotantes. Gofriday ha recibido recientemente un premio de la revista Build Construction & Engineering, en la categoría de "Casa contemporánea más innovadora de 2021".
La casa flotante viene equipada con todas las comodidades modernas, como calefacción, aire acondicionado, nevera y unos amplios ventanales que permiten que la luz natural inunde el espacio. Pero el detalle más destacado de la casa es con toda seguridad el segundo piso, que está compuesto por una terraza con una mesa de jardín y unos bancos. El lugar ideal para relajarse, leer y contemplar la fabulosa vista del paisaje natural circundante. ¡O simplemente para disfrutar de la vida! Todo esto en una casa, que es un barco, o viceversa. Estas increíbles estructuras son la manera perfecta de vivir y disfrutar de la naturaleza, con las comodidades de un hogar moderno.
Mientras tanto, las horas pasan y es hora de volver a Lisboa. A continuación se muestran algunas fotografías de las casas flotantes de Gofriday. Después de todo, una imagen (o en este caso algunas) puede valer más que mil palabras.