4 coastal towns and villages to discover in Portugal
Discover Portuguese coastal towns and villages Wikimedia commons

La línea que separa el mar de la tierra es la costa y en Portugal continental se extiende a lo largo de 943 kilómetros, confirmando así la conocida frase del poeta Tomás Ribeiro que describe Portugal como "un jardín junto al mar".

Por eso nos embarcamos en un viaje para descubrir cuatro ciudades y pueblos de la costa portuguesa. Aunque el paisaje de playa y mar pueda parecer el mismo, cada uno de estos lugares tiene su propio encanto y características. Con vistas impresionantes, largas playas de arena y pueblos de pescadores, descubramos estas maravillas vecinas del lado del Océano Atlántico.

Odeceixe: un pueblo pesquero en el Alentejo

A pesar de pertenecer al distrito de Faro, esta localidad destaca por tener un ritmo más tranquilo que revela un lado más rural de la región, alejado de los típicos pueblos masificados del Algarve. El puente romano, el castillo medieval y la plaza del pueblo repleta de cafeterías son una visita obligada.

Odecieixe beach
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El pequeño pueblo de Santa Luzia, conocido como la capital del pulpo, es un excelente lugar de visita para quienes quieran probar esta especialidad en los restaurantes típicos de la región y disfrutar de la tarde paseando por la Ría Formosa, donde destacan los coloridos barcos, o darse un chapuzón en alguna de sus playas de arena blanca.

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Peniche: una historia en la playa junto al mar

Peniche es sinónimo de mar. Conocida por ser uno de los puertos pesqueros más grandes de Portugal, esta ciudad alberga una gran variedad de actividades marítimas. Además de la playa, merece la pena visitar el centro histórico y la famosa e incomparable Isla de las Berlengas.

La pesca siempre ha sido una de las fuentes de ingresos de la gente, pero el encaje de birlos típico de la región también ha sido perfeccionado por las mujeres a lo largo de los años mientras sus maridos estaban en el mar.

Berlengas island
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Las playas de Peniche son un éxito. Ideal para vacaciones en familia, podrás descubrir la bahía de Consolação y Baleal. Si eres surfista y quieres coger unas buenas olas, puedes optar por la Praia de Medão Grande, conocida como playa de Supertubos, buscada por muchos surfistas de todo el mundo por sus grandes olas en forma de tobogán.

Al final del día, podrás disfrutar de una comida a base de marisco y pescado fresco en uno de los numerosos restaurantes típicos de la región. Algunos platos que no te puedes perder son la caldeirada, el arroz marinero o las sardinas a la brasa.

Sean cuales sean tus planes, si quieres estar cerca del mar y oler su brisa, Peniche es el lugar perfecto.

Sesimbra: paisajes dignos de una película

Sesimbra es una ciudad pintoresca, tierra de mar y pescado fresco, pero también de playas (casi) paradisíacas. Desde lo alto de su colina, alrededor de su castillo, se puede observar la curva perfecta de su bahía y el azul infinito del mar, formando un paisaje digno de mención.

Sesimbre
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Sus playas son verdaderamente dignas de un plató de playa paradisíaco, excepto por la temperatura del agua. La playa de Ribeira do Cavalo fue votada por muchos como una de las playas más hermosas de la región y merece una visita. Praia do Meco es también una de las playas nudistas más famosas, aunque también hay muchas familias en la larga franja de arena.

Después de la playa, podrás descubrir los encantos del paseo marítimo de Sesimbra, una de las zonas más concurridas de la región, de día o de noche, donde encontrarás gente por todas partes, repartida entre restaurantes y terrazas.

¡Descubre los encantos de Sesimbra y pasa unos días de relax!

Cascais: el pueblo pintado con pincel

Situado junto al mar, el pueblo pesquero de Cascais desempeñó un papel fundamental a mediados del siglo XIX. Ya en el siglo XVI, era un puerto de escala muy transitado por los barcos que pasaban por allí rumbo a Lisboa. Con el paso y el cambio de los tiempos, Cascais ha atraído a innumerables personas que sienten curiosidad por dar un paseo por allí.

Cascais bay
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Con su diseño cosmopolita y su ambiente animado, esta ciudad aún conserva su aire majestuoso. A lo largo de las calles, que parecen casi un laberinto, encontrarás diversos comercios y terrazas para un momento de relax al aire libre.

Las playas siguen siendo un gran atractivo tanto para residentes como para turistas, y lo cierto es que hay infinidad de opciones: ya sea quedarte en la bahía del pueblo, o hacer un pequeño desvío hasta la zona de Guincho donde practicar deportes acuáticos. La Boca do Inferno también despierta la curiosidad de muchos visitantes que intentan comprender este fenómeno natural. Estamos hablando de una hendidura en la costa rodeada de rocas y cuevas donde el mar, cuando está agitado, crea un espectáculo único para la vista.

¡Aprovecha los días soleados para explorar este colorido lugar y deja que te sorprenda!

Afurada: las casas coloridas que encantan

Esta pintoresca parroquia de Vila Nova de Gaia emana alma y tradición. Aquí encontrarás casas coloridas revestidas de azulejos y no faltará el buen pescado. Visitar este lugar es casi como viajar en el tiempo, pues aún puedes encontrar mujeres lavando ropa en el estanque comunitario y conversando con pescadores que conocen el mar mejor que nadie y tienen muchas historias que compartir.

Afurada, Vilanova de Gaias
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Con unas vistas impresionantes que bien merecen la pena fotografiar, otra experiencia que no te puedes perder en tu visita a Afurada es el mercado, donde podrás escuchar a los tradicionales pescaderos comerciando.