Enclavado en el corazón de la Serra da Freita, en el municipio de Arouca, el pueblo de Drave es un auténtico pueblo fantasma. Abandonado durante casi dos décadas, carece de carreteras accesibles, electricidad y servicios básicos; para llegar a él es necesario caminar por escarpados senderos de montaña.
Este refugio silencioso está formado por casas de esquisto en ruinas, capillas preservadas y vistas impresionantes. Por eso se considera el pueblo más aislado de Portugal.
Un lugar olvidado por el tiempo
En las remotas montañas de Portugal, junto a senderos poco transitados, se encuentra un pueblo donde nadie ha vivido durante casi veinte años. No hay tráfico, ni vecinos, ni rastro de vida moderna: solo ruinas, silencio y vestigios de una comunidad antaño próspera.
Drave no solo está escasamente poblada, sino que está completamente vacía. El tiempo parece haberse detenido, y el único sonido que se oye es el de la naturaleza recuperando lentamente el espacio que una vez ocuparon los humanos.
Drave: ¿Qué clase de pueblo es éste?
A menudo descrito como el pueblo más aislado de Portugal, Drave se encuentra en un rincón remoto de la Serra da Freita, sin carreteras accesibles para vehículos. Para llegar, hay que caminar unos cuatro kilómetros por senderos de montaña. El trayecto es desafiante, pero el paisaje es impresionante, y se siente una extraña, casi inquietante, sensación de adentrarse en un lugar que ya no pertenece al presente.
¿Cómo se convirtió el pueblo en una ciudad fantasma?
Como muchos pueblos del interior, Drave fue perdiendo población gradualmente. Los jóvenes se marcharon, los ancianos fallecieron y la vida se volvió cada vez más difícil.
Algunas de las principales razones de su abandono incluyen:
- Acceso extremadamente difícil;
- No hay infraestructura moderna, como electricidad, saneamiento o telecomunicaciones;
- Falta de servicios básicos, como escuelas, centros de salud o tiendas;
- Abandono político e institucional durante décadas.
¿Qué queda hoy en Drave?
Aunque deshabitado, Drave no ha sido olvidado por completo. Scouts de todo el país utilizan el pueblo para acampar y han contribuido al mantenimiento de algunas de sus estructuras.
Los visitantes aún pueden ver:
- Casas de esquisto en diversos estados de ruina;
- Una pequeña capilla conservada;
- Características tradicionales como lavabos de piedra, muros, prensas de vino y graneros;
- Senderos que ofrecen increíbles vistas sobre el valle;
- Sin electricidad ni señal móvil: sólo cielo, montañas y silencio.
Otros pueblos abandonados en Portugal
Drave es excepcional tanto por su aislamiento como por el tiempo que lleva deshabitado. Otros ejemplos notables incluyen:
- Aldeia da Luz (Mourão): sumergida en 2002 por la presa de Alqueva; se construyó una nueva aldea, pero la original se encuentra bajo el agua;
- Varziela (Melgaço): abandonada hace unos 30 años, ahora está siendo restaurada lentamente por nuevos propietarios;
- Rio de Onor (Bragança): todavía habitada, pero sigue siendo un ejemplo de aislamiento cultural y geográfico duradero.
¿Merece la pena visitar Drave?
Para los amantes de la naturaleza, la aventura y el patrimonio olvidado, la respuesta es sí, si se aborda con respeto.
La caminata a Drave requiere cierta preparación, pero ofrece una experiencia única. No hay restaurantes ni alojamiento, solo una oportunidad para reflexionar, explorar y disfrutar del silencio. Es un recordatorio de lo que Portugal está perdiendo gradualmente a medida que sus pueblos del interior son abandonados.
Si te atrae la idea de adentrarte en un lugar donde el tiempo se ha detenido, donde nadie ha vivido durante casi 20 años y donde la naturaleza ha recuperado todo, Drave merece un lugar en tu mapa.