
La idea de mudarte a Portugal ronda tu cabeza, pero aún no está convencido del todo... Este país ofrece numerosas razones por los cuales merece la pena dejarlo todo y empezar una nueva vida. Pero por si aún tienes dudas, recopilamos los 20 motivos que te enamorarán y te harán irte a Portugal.
1) Las playas

Solo tienes que mirar un mapa. Portugal tiene kilómetros y kilómetros de costa atlántica que enamorarían a cualquiera. Largas extensiones de arena salpicadas con sombrillas y pasarelas de madera (como en Comporta), calas escondidas semidesiertas (como las del Alentejo) y elegantes playas urbanas de estilo vacaciones a la vieja escuela (como en Cascaes). Del norte al Algarve pasando por las islas, siempre habrá una nueva playa portuguesa a punto de convertirse en tu favorita.
2) La cercanía
El más vecino de los países vecinos. A un máximo de hora y media en avión y apto para los que temen volar (las opciones incluyen tren, autobús, coche o un ferry cruzando el Miño), no hay excusas para no visitar este país en cualquier momento.
3) Oporto

Cuestas inclinadas, “francesinhas”, la visita a las bodegas de Vila Nova de Gaia o la Librería Lelo, la librería de cuento de hadas del mundo que inspiró a creadora de Harry Potter. Oporto es autenticidad allá donde mires y mil rincones de belleza decadente.
4) Lisboa

Lisboa es bohemia y gamberra, barrios vivos, como el Bairro Alto y Alfama, ciudad de tranvías amarillos, con el agua siempre en el horizonte y una luz blanca increíble que la convierte en la ciudad más bonita de la Península Ibérica.
5) El café
Para los amantes del café, Portugal es otra X en el mapa. Se preparan unos magníficos cafés (recuerda de llamarlo “bica” en Lisboa) en las cafeterías modernas, como Kaffeehaus en Lisboa, y en los cafés más clásicos y señoriales, como el Majestic de Oporto. Y lo mejor de todo es que no hace falta estar en un sitio elegante para tomar un buen café, hasta el bar más humilde tiene un café solo delicioso.
6) El vinho

Los vinos “do Porto” o de Madeira son conocidos mundialmente y en torno a ellos se han montado rutas enoturísticas que rivalizan con los grandes tours del mundo. Quintas, bodegas y wine resorts hechos para comprender que el vino va más allá del momento en el que se bebe, es cultura, tradición, geografía y país. Pero los portugueses no se han limitado a explotar sus productos estrella en suelo nacional, más allá de sus fronteras, los vinos del Alentejo y el tradicional vino verde empiezan a ganar fama. Te recomendamos una estancia en uno de los increíbles hoteles basados en la enocultura o una visita a una bodega contemporánea para conocer todas las maravillas del vino portugués.
7) El pan con mantequilla que ponen antes de comer
Y las aceitunas. Y el aceite. Y los quesos. Está claro: todos los aperitivos que sirven para ir abriendo boca antes de que llegue el “caldo verde”, el “frango assado” o el “bacalhau” que hayamos pedido como plato principal, son más sabrosos en Portugal que en cualquier otro lugar. Y, por supuesto, la “manteiga” siempre con sal.
8) La arquitectura

Desde los azulejos de una iglesia de Braga a la Casa de Chá de Matosinhos de Álvaro Siza, pasando por la Casa da música de Oporto y el estilo manuelino del Monasterio de Batalha, los edificios portugueses tienen un estilo propio que los hace inconfundibles. Paséate por el país y descubre humildes y hermosas iglesias rurales o palacios tan misteriosos como la Quinta da Regaleira de Sintra.
9) Las compras
Han quedado atrás aquellas visitas a Portugal para renovar las toallas y las mantelerías. Aunque el país luso sigue siendo un lugar magnífico para comprar el ajuar de la casa, pero también antigüedades, productos gourmet, moda o diseño. Sus tiendas tienen el punto justo que logra mantener lo tradicional mezclado con innovación y creatividad, siempre con buen gusto. Y, además de los centros comerciales de vanguardia, no olvides nunca los mercadillos callejeros mezcla de rastro y cajón de sastre en los que bucear en busca de tesoros ocultos.
10) Es otro mundo
Sí, la distancia ya no es tanta como en los 90, cuando cruzar la frontera era como dar un salto atrás en el tiempo. Pero al visitar Portugal te sigues encontrando con situaciones en las que el tiempo parece haberse detenido, como cuando los pescadores llegan a puerto y venden su mercancía allí mismo, el producto más fresco del mundo, o cuando descubres que las calles principales de las ciudades siguen libres de grandes cadenas. Los horarios son distintos, la gente se recoge antes, no grita… un mundo de diferencia a un paso.
11) Sigue siendo un desconocido
Compartimos kilómetros de frontera, una historia similar, pero casi no nos conocemos. En Portugal se sabe todo sobre España y sus famosos nacionales incluso asoman en las portadas de las revistas, pero no se piensa mucho en Portugal desde este lado de la península. Pocos podrían nombrar portugueses vivos que no sean del mundo del fútbol, ¿cuántos españoles conocen a Durao Barroso o María de Medeiros? Es increíble que un destino tan cercano pueda ser un exótico lugar a descubrir.
12) El bacalao

El arte de los portugueses a la hora de cocinar el bacalao es una de las razones principales por las que amamos tanto este país. Existen infinitas formas de prepararlo, y es oír “pataniscas”, “bacalhau com natas” o “à brás” e inmediatamente se nos hace la boca agua pensando en las tascas y restaurantes de interior o de costa, en una ciudad o una aldea, donde poder disfrutar de unos siempre deliciosos, y siempre en su punto de sal, platos de bacalao.
13) Los dulces

Todos conocemos los célebres “pastéis de nata” (con su toque de canela y a poder ser tomándolos en Belém, en la famosa tienda que ya es toda una institución), pero también deberías probar los “papos de anjo”, las “queijadas” o las “farófias”. La herencia de los conventos, con su amor por juntar azúcar y yemas, hizo mucho por la tradición gastronómica del país y hará aún más por tu estómago.
14) Simplicidad, elegancia y tradición
Estos valores están en los diseños más pequeños (los jabones, las vajillas de inspiración británica, el gallo de Barcelos, la pasta de dientes Marvis…) y en los edificios más grandes, como las sempiternas Pousadas (el equivalente portugués a los Paradores) o los nuevos hoteles, llenos de calma y lujo.
15) La influencia colonial
Brasil se independizó hace más de un siglo, pero lugares tan exóticos como Goa, Macao, Angola o Mozambique fueron colonias portuguesas hasta casi antes de ayer, y eso se nota. Desde los ecos que resuenan en el fado a la explicación de por qué hay tan buen café y tan buen chocolate.
16) Los precios
Portugal es de los pocos países europeos que todavía resultan asequibles al bolsillo español medio. Aquí el concepto “relación calidad-precio” se hace visible, tangible y disfrutable.
17) Las islas

Los territorios insulares más importantes de Portugal son de esos destinos en los que nunca se piensa y siempre sorprenden. Más allá del vino o del famoso anticiclón, Madeira y el archipiélago de las Azores ofrecen paisajes verdes, cultivos que nacen de piedras volcánicas, playas donde siempre es primavera, flores exóticas y ballenas y delfines que se sumergen ante tus ojos.
18) Las olas

El viento y las olas de la amplísima costa portuguesa la convierten en el lugar idóneo para la práctica de surf, kitesurf, windsurf y todo tipo de deportes marítimos con distinto nivel de dificultad. Loops, olas gigantes, tubos y demás muestras de ingeniería del océano para la diversión de los más intrépidos.
19) Los pueblos
En todos los pueblos habrá una iglesia, una plaza y un café, casas blancas y cubiertas con azulejos que son el mejor refugio de la autenticidad que emana el país. Podríamos hacer una selección de los más bonitos e imprescindibles, o invitarte a visitar otros más desconocidos que albergan algunos de los mejores y más modernos hoteles, pero la lista sería interminable. Siempre existirá un balneario, un parque, un santuario o una ruina medieval evocadora con la que no contabas.
20) Simpatía y educación
Si vas dos días seguidos al mismo bar portugués, al tercer día te saludarán por tu nombre y con una sonrisa. Ya no recordamos el tiempo en el que esto sucedía en nuestro país, y hay lugares donde no ha sucedido jamás. Gestos que te conquistarán para siempre.