
Portugal ha estado en lo que se conoce como "estado de calamidad" desde el 3 de mayo debido a la pandemia de COVID-19, después de tres períodos consecutivos en estado de emergencia de 45 días en total. Con esta nueva fase de desconfinamiento en curso que comenzó el 15 de junio de 2020, se han levantado o relajado varias restricciones en el país, como la apertura de centros comerciales en Lisboa y otras restricciones que también se relajan a nivel nacional, como las reuniones sociales que a partir de ahora pueden ser de hasta 20 personas y la apertura de parques acuáticos. El Gobierno ya está anticipando los próximos pasos y con ellos la temporada de verano.
El primer ministro portugués António Costa ya había anunciado el fin de la emergencia a finales de junio, quiere que Portugal pase a un estado de contingencia e incluso señala que regiones como el Algarve y el Alentejo podrían moverse a un "mero estado de alerta".
Para que esto sea posible, António Costa apeló a su país: "Como hasta ahora, tenemos la responsabilidad de controlar conjuntamente la pandemia de COVID 19, y el 1 de julio podemos dar este paso". Subrayó que "la flexibilización de las restricciones no puede significar ninguna relajación en cuanto a la distancia social, el uso de mascarillas y el cumplimiento de las normas de higiene".
La actual emergencia pública causada por la pandemia COVID 19 en Portugal continuará hasta finales de junio debido a los días festivos y a la reapertura de las fronteras aéreas.
"En todo el país, las normas actuales estarán en vigor hasta finales de mes, no porque la situación epidemiológica empeore, sino porque hay que tener en cuenta que durante este período se celebran varias fiestas tradicionales y que el 15 de junio se reabrirán las fronteras aéreas de los países europeos", dijo el jefe de gobierno socialista a los periodistas.