La vivienda familiar se puede transferir o asignar a ambos cónyuges en caso de divorcio en Portugal.
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Debido a la pandemia de COVID-19, Portugal ha visto un aumento de las separaciones matrimoniales que terminan en divorcio. Incluso en este país, por supuesto, cuando una pareja se divorcia hay varios problemas que ambas partes deben enfrentar, uno de ellos es qué hacer con la casa... Con la ayuda de DECO, la Asociación Portuguesa de Protección al Consumidor, echamos un vistazo a un caso de divorcio en particular y algunos consejos que te ayudarán a gestionar el problema de la propiedad en medio de un divorcio de la mejor manera posible.

Mi marido y yo nos vamos a divorciar. Tenemos un piso compartido y no sabemos qué hacer. ¿Cuales son las opciones? Esta situación nunca es sencilla, pero las normas en Portugal son muy claras y estrictas sobre la cuestión del hogar familiar en caso de divorcio. El hogar familiar se considera el centro de la organización doméstica y social de la comunidad familiar, por lo que puede ser asignado o cedido a ambos cónyuges. Echemos un vistazo a todas las opciones:

¿Qué pasa si se alquila el inmueble?

El futuro de la casa se decide por acuerdo de la pareja. Pueden optar por la cesión o alquiler a favor de uno de los cónyuges, sujeto al consentimiento del inquilino.

¿Qué sucede si la casa es propiedad de uno o ambos cónyuges?

La asignación de la vivienda familiar y la titularidad de esta propiedad son situaciones distintas. La casa familiar puede asignarse a cualquiera de los miembros de la pareja, incluso si es propiedad del otro. El tribunal decidirá según las necesidades de cada uno y los intereses de los niños, si los hubiera.

Si su situación es similar a la referida, es decir, la casa pertenece al otro cónyuge, entonces debe tenerse en cuenta que la casa se cede a cambio de un pago, la cantidad, el tiempo y otros detalles del contrato son definidos por el tribunal.

¿Y si hay una hipoteca?

Esta pregunta es la más común entre las parejas que actualmente se divorcian. En primer lugar, los bancos de Portugal tienen prohibido aumentar los cargos por la financiación. Y esto se aplica no solo al divorcio, sino también a la separación judicial de personas y bienes, a la disolución de sociedades o hasta la muerte de uno de los cónyuges. Agravar significa, en particular, incrementar el diferencial en la renegociación del contrato de crédito a la vivienda.

En este caso, el beneficiario del préstamo debe demostrar que el hogar tiene unos ingresos inferiores al 55%, o al 60% si tiene dos o más personas a su cargo (hijos, por ejemplo).

¿Qué pasa si decidimos vender la casa (comprada en común) a un tercero?

Las parejas divorciadas pueden tomar esta decisión e incluso uno de los cónyuges puede decidir comprar su parte al otro. En esta situación, el miembro de la pareja que sea la parte vendedora deberá pagar impuestos por las plusvalías obtenidas. Las ganancias de esta venta pueden no ser gravadas si el valor se reinvierte en otra vivienda permanente propia. De lo contrario, la mitad de la ganancia de la venta se incluirá en el IRS.

Toda la situación de una separación es compleja y difícil. Si la ex pareja no puede resolver sus disputas, siempre puede solicitar apoyo al Sistema de Mediación Familiar. La información correcta es, una vez más, la clave para evitar más problemas y conflictos.