El edificio es obra del arquitecto Camilo Rebelo y cuenta con múltiples secretos
El edificio es obra del arquitecto Camilo Rebelo y cuenta con múltiples secretos

Destacará en la orilla del río Duero y cambiará el aspecto que tiene el corazón de Oporto, pero también la experiencia de los visitantes de esta ciudad, que tiene como uno de sus mayores símbolos su famoso vino. Además, será la mayor novedad de este año, el nuevo museo del Vino de Oporto.

Será un espacio con vistas al río Duero, que se erigirá en la antigua muralla de los Bacalhoeiros y donde será posible beber una historia que tiene más de 250 años. El edificio de seis pisos obra de Camilo Rebelo, el mismo arquitecto que diseñó el Museo Foz Côa, será inaugurado en el último trimestre de este año. Su fachada es uno de los elementos más vistosos, pintada de color negro, para preservar y realzar la naturaleza y belleza del vino de Oporto.

La idea del museo no pretende ser una realidad estática, sino ofrecer toda una experiencia sensorial. Por este motivo, el espacio pondrá a la disposición de sus visitantes una degustación de vinos de más de 700 bodegas de diversos orígenes.  

El museo también albergará secretos y elementos que son firma del arquitecto de Oporto. Uno de estos casos es el de la numerología, presente en la gran mayoría de sus obras. Por ejemplo, el año 1756, año en el que el Marquês do Pombal declaró como demarcada y controlada la región del Duero, aparece codificado en la bodega. Camilo Rebelo ha descompuesto el número: sumando el 1 y el 7 y el 5 y el 6. De esta manera, todas las medidas utilizadas en la bodega son múltiplos de 8 y 11 (los resultados de las sumas). Así consigue dar vida a la fecha de manera sutil y oculta.

La propia bodega en particular, formada por un simbólico muro de hormigón construido en el espacio más noble del edificio, hace referencia a un incono: el Coliseo de Roma. Las botellas se colocarán en pequeños compartimentos para emular a santuarios. Desde la perspectiva del arquitecto, "es una forma de preservar la memoria y, al mismo tiempo, santificar al vino".

De manera poco convencional en un museo, el Museo del Vino de Oporto tendrá dos entradas que conducirán a dos experiencias diferentes. Por el núm. 37 de la Rua da Reboleira, la experiencia puramente museológica y por el núm. 136 de la Muralla de Bacalhoeiros, la experiencia del vino. “Es una corriente de aire que da vida a esta estructura y, de manera simultánea, es un lugar sagrado y ritual y un lugar de paso público”, explica Camilo Rebelo. La idea es que el museo sea un espacio de consumo diario.