La respuesta es no. Pero muchos propietarios lo piden de todas formas, lo que hace que sea una condición indispensable para la firma del contrato.
Gtres
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El mercado del alquiler parece estar ganando popularidad en Portugal, cada vez más personas optan por alquilar en lugar de comprar. Esta es una tendencia que se refleja en los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística de Portugal (INE), que muestran que el número de nuevos contratos de alquiler en Portugal aumentó en la primera mitad del año en comparación con el mismo período del año pasado.

Si estás pensando en alquilar una segunda casa en Portugal o alquilar una propiedad para vivir, una opción para aquellos que quizás no quieran comprometerse a largo plazo en el extranjero, es posible que tengas dudas y preguntas sobre el proceso y los contratos de alquiler en Portugal. Una pregunta común sobre los alquileres en Portugal se refiere a si es obligatorio o no, tener un aval a la hora de celebrar un contrato entre el propietario y el inquilino. Te explicamos todo sobre este tema de forma legal, con la ayuda del despacho de abogados CRS Advogados.

La respuesta directa es no. El aval no es obligatorio para la constitución y validación de un contrato de alquiler en Portugal. Sin embargo, es cierto que muchos propietarios exigen una garantía, por lo que el requisito es una condición imprescindible para la celebración del contrato de arrendamiento, explican los expertos.

El interés del arrendador es asegurarse de que recibe el importe del alquiler, y si el inquilino no puede conseguir a un tercero que actúe como avalista, entonces se deben brindar otro tipo de garantías, como por ejemplo, la posibilidad de proporcionar una garantía mediante una fianza en efectivo, o la obtención de una aval bancario, entre otras alternativas.

A modo de ejemplo, los expertos del bufete de abogados sugieren utilizar una cuenta bancaria conjunta (en la que el dinero sólo puede transferirse con el permiso de ambas partes, propietario e inquilino), evitando así tener que entregar la totalidad de la cantidad en efectivo al propietario o tener altos gastos financieros con garantías bancarias.

Sin embargo, lo más importante es que los arrendadores deben ser conscientes de que si el contrato no contiene una serie de puntos importantes, la fianza proporcionada por el garante en el contrato de arrendamiento solo cubre el plazo inicial del contrato y se extingue en caso de renovación automática del contrato, salvo que este disponga lo contrario.

Además, incluso en situaciones en las que el fiador también se compromete a cumplir con los plazos de renovación, sin fijar en el contrato el número de renovaciones, la garantía cesa cuando no hay nuevo acuerdo entre las partes, o cuando hay un cambio en el alquiler o el período de cinco años transcurre desde el inicio de la primera renovación.

Por lo tanto, es esencial que el contrato sea legalmente sólido para reflejar la voluntad real de las partes. Un contrato de arrendamiento, con todas sus particularidades legales, sin la intervención de un abogado puede presentar en última instancia muchas sorpresas a pesar de "lo que estaba escrito".